Si usted tiene mas de 45 años quizás le haya sucedido en alguna ocasión que se tiene que levantar en el cine para ir al baño, es posible que al entrar al portal de su casa le asalten unas ganas inaguantables de orinar y no llegue al servicio o incluso después de una jornada larga de conducción intente vaciar su vejiga y tenga la sensación de que no ha vaciado de forma completa. Todo esto le sucede por una glándula que se encuentra en el aparato genitourinario del varón y se denomina próstata.
La cultura medica de los varones ha avanzado en los últimos años, de forma que, poco a poco van tomando conciencia de que acudir al medico supone un aumento en la expectativa de vida y sobre todo en la calidad de la misma, algo que las mujeres conocen desde hace años. La organización mundial de la salud recomienda a los varones una revisión urológica anual a partir de los 50 años.
En el siglo XXI la forma en la que solucionamos los problemas de la próstata han dado un giro de 180 grados.
La próstata es un órgano masculino que tiene una función exclusivamente reproductora, produce substancias que acompañan al esperma para facilitar la fecundación.
A partir de la cuarta década de la vida la glándula comienza a aumentar de tamaño, ese crecimiento puede ser en el 90% de las ocasiones benigno y lo llamamos hiperplasia prostática benigna ó maligno y lo llamamos cáncer de próstata.
La hiperplasia benigna de próstata produce síntomas muy variados que van desde aumento de la frecuencia miccional, urgencia, disminución de la fuerza, goteo hasta incapacidad para poder orinar, infecciones urinarias o afectación de la función renal.
El origen de todos estos problemas radica en la obstrucción a la salida de la orina cuando atraviesa la próstata lo que condiciona cambios en la vejiga para poder vaciarse de forma correcta.
La obstrucción que produce la próstata se puede evaluar de forma objetiva.
Dependiendo del grado de obstrucción se plantean diferentes tratamientos que van desde no hacer nada hasta la cirugía abierta.
El láser verde KTP revoluciona el tratamiento de los problemas de próstata benignos debido a su increíblemente baja tasa de complicaciones. La estancia hospitalaria no llega a 24 horas, el sangrado es mínimo, la sonda vesical permanece en la mayoría de los casos un día y los resultados son comparables a la cirugía convencional. Otra ventaja importante es que se puede realizar en pacientes de alto riesgo, incluso en aquellos que toman medicación antiagregante sin retirarla. Por lo tanto en estos momentos esta cambiando la forma en la que afrontamos los especialistas los problemas de obstrucción prostática ya que no tenemos ningún reparo en plantear a nuestros pacientes una solución definitiva y que se olviden del problema para siempre.
Solo tiene usted que compartir su problema con un especialista en urología con experiencia en la cirugía con láser verde y es posible que estas líneas hayan cambiado su calidad de vida y quizás la próxima vez que vaya al cine no tengan que explicarle una parte de la película.