Todos conocemos alguna persona que ha tenido un problema de salud que se podía haber evitado. Una parte importante de las enfermedades se pueden prevenir y las que no se pueden evitar, con un diagnostico temprano, son fácilmente curables
La cultura medica en las mujeres ha conseguido que acepten las revisiones ginecológicas como algo imprescindible y es frecuente que todos los años acudan para sus citologías o mamografías.
Los varones sienten un rechazo hacia las revisiones urológicas que en los países anglosajones han estudiado y lo relacionan con el mal trago que supone la realización del tacto rectal. El viejo refrán de que, el que no mete el dedo mete la pata, consigue que muchos hombres encuentren una excusa para evitarse un momento complicado. Los urólogos defienden el tacto rectal explicando que es como si el cardiólogo pudiera tocar el corazón y palpar un infarto o el digestivo introducirse en el colon y notar un tumor, además es un procedimiento barato y que no presenta riesgo alguno.
Los varones a partir de 45-50 años tienen que vigilar su corazón, su aparato digestivo y desde luego su aparato urinario. Tres de los seis tumores más frecuentes en varones mayores de 50 años están relacionados con el aparato urinario: próstata, vejiga y riñón. El cáncer de testículo es el tumor mas frecuente en los varones entre 30 y 50 años y también es controlado por el urólogo.
Existen además numerosas pruebas no agresivas y tampoco incomodas que nos dan una información muy importante para diagnosticar de forma precoz alteraciones en el sistema genitourinario en el varón: ecografía, flujometría y analítica incluyendo el PSA.
Por todo esto debe de cambiar la mentalidad de los hombres y quizá en unas décadas consigamos que se acerque su expectativa de vida a la de las mujeres.